¿Qué es la fascitis plantar?

¿Qué es la fascitis plantar?. Hoy desde la Clínica de Fisioterapia Carmen Alonso, en Alpedrete, te contamos qué es la fascitis plantar y cómo la fisioterapia te puede ayudar.

La fascitis plantar o fascitis del pie es una inflamación de la placa del tendón de la planta del pie y es típicamente causada por el uso excesivo. La fijación de la placa del tendón al hueso del talón suele verse afectada. Esta se manifiesta en el dolor en la planta del pié y talón, que ocurre principalmente bajo presión y tensión.

La fascitis plantar es una de las lesiones más habituales que sufren los deportistas de impacto, prácticamente todos lo días tratamos algún caso de este tipo en nuestra consulta de fisioterapia. Aunque como ya veremos, no es una patología exclusiva de deportistas.

Síntomas de la fascitis plantar

La fascitis plantar suele empezar a manifestarse como un dolor en la planta del pie. El síntoma más habitual es un dolor punzante en la parte interna del talón, acompañado de sensibilidad y, en ocasiones de cierta inflamación de la zona. Los pacientes suelen definir diferentes sensaciones de dolor plantar, desde molestias al calzarse, pasando por un ardor intenso, hasta sensaciones muy dolorosas como si estuvieran pisando cristales con las plantas de los pies.

Los síntomas de la fascitis plantar suelen aparecer tras realizar deporte o durante la actividad. De forma recurrente, el dolor en la planta del pie también se presenta después de levantarnos de la cama o incluso después de un rato en reposo.

fascitis plantar

Causas de la fascitis plantar

El origen de la fascitis plantar es diferente en cada persona y tipo de pie. Las personas con pies valgos (que se vencen hacia el interior), pies cavos (que tienen el puente más pronunciado de lo habitual) o pies curvados pueden desarrollarla de forma natural.

Sin embargo, hechos como el empleo de un tipo de calzado inadecuado, un mal calentamiento deportivo o malas pisadas en superficies duras son agentes favorecedores de la fascitis plantar. Igualmente, es frecuente tras el desarrollo de sobrecargas musculares, esguinces mal curados, cambios en nuestro peso corporal y aumentos de nuestra actividad física que de forma natural nos obligan a modificar nuestra forma de pisar y caminar.

 

¿Como se cura la fascitis plantar?

¿Como se cura la fascitis plantar? Es una de las cuestiones que mas se repiten entre nuestros pacientes y nuestros lectores. Después de haber ayudado a decenas de pacientes, creemos que podemos darte varios consejos sobre como curar la fascitis plantar.

La fascia es una banda de tejido elástico que se encuentra en la planta del pie. Se extiende desde el calcáneo (hueso del talón) hasta la cabeza de los metatarsianos (bajo los dedos).

La función que tiene esta fascia es amortiguar los impactos de la pisada sobre el pie al andar, así como mantener el arco del pie, en caso de impacto se puede producir una rotura de fascia plantar.

Si se sospecha de fascitis plantar, puede consultar a nuestros fisioterapeutas de Clínica Carmen Alonso, en Alpedrete. La fascitis plantar tiene una historia clínica característica (anamnesis), lo que significa que el diagnóstico se puede hacer rápidamente. Las preguntas típicas del fisioterapeuta durante la entrevista de anamnesis podrían ser:

  • ¿Se ha lesionado gravemente el pie?
  • ¿Duele debajo del talón durante el esfuerzo?
  • ¿Cuándo ocurre el dolor? ¿En qué movimientos?
  • Dolor en el pie lateral o dolor en el lateral del pie al apoyar
  • ¿Cuándo es más severo el dolor? ¿Cuándo desaparecen?
  • ¿Hacia dónde se irradia el dolor?

Durante el examen, el paciente suele presentar un dolor de presión localizado bajo el talón en la base de la fascia. Una ruptura resultaría en moretones en la planta del pie con dolor por presión.

Si los síntomas son agudos, es probable que se trate de una distensión o, en raras ocasiones, de una ruptura del tendón plantar. La persona afectada declara que tiene que detener el esfuerzo inmediatamente y que ya no era posible correr debido al dolor, o que el dolor empeoró. A veces una hinchazón o un hematoma también pueden indicar otras lesiones como fracturas, lesiones musculares o un desgarro.

Para la fascitis plantar el tratamiento habitual es la fisioterapia. Existen diversas técnicas de fisioterapia orientadas al tratamiento y rehabilitación de esta lesión.

Estamos hablando de una de las lesiones deportivas más persistentes y frustrantes.

Aunque hay muchos tratamientos conservadores y quirúrgicos disponibles, la fasciopatía de la planta puede fácilmente volverse crónica si no se trata a tiempo

fascitis plantar

Tratamiento de la fascitis plantar con fisioterapia

La fisioterapia define tratamientos para la fascitis plantar que se enfocan en disminuir esta inflamación que produce incapacidad, permitiendo que el paciente pueda seguir su actividad normal.

Nuestros tratamientos para esta patología suelen comenzar con un diagnóstico del origen de la lesión, ya que como hemos visto puede tener distintos orígenes, y por tanto se plantearán diferentes tratamientos. En esta fase buscaremos los puntos gatillo que generan el dolor en la planta del pie

Los tratamientos más habituales son la terapia manual y punción seca. Puedes saber mas sobre estos tratamientos en el siguiente enlace.

Una de las técnicas más efectivas en el tratamiento de la fascitis plantar es la eletrolisis percutánea terapeútica.

Adicionalmente, para reducir la inflamación y el dolor de la fasciopatía, el tratamiento consiste inicialmente en el alivio o adaptación de los movimientos atléticos. Los métodos y las circunstancias del entrenamiento, por ejemplo, carreras de montaña, superficies de correr hechas de arena o escombros, aumento repentino del entrenamiento, deben ser analizados y cambiados si es necesario.

Pide cita en nuestra Clínica y trataremos tu caso de forma personalizada y adecuada.

¿DÓNDE ESTAMOS?

Dirección Avenida Canteros, 16 – local 5 ALPEDRETE (Madrid) 28430 E-mail info@fisioterapiacarmenalonso.es Móvil 646 526 320

Bursitis de codo y de rodilla

Bursitis de codo y de rodilla. Hoy te contamos en qué consiste la Bursitis de codo y de rodilla y cómo te podemos ayudar a tratar esta dolencia desde nuestra Clínica de Fisioterapia Carmen Alonso.

Bursitis de codo y rodilla

La bursitis es la inflamación o irritación dolorosa de unas bolsas, llamadas bursas, que aparecen en lugares donde existen puntos de rozadura como los músculos, tendones o huesos. La función de estas bolsitas es ayudar al movimiento normal de las articulaciones y evitar fricciones directas entre ellas. La bursitis se manifiesta, entre otras zonas, en hombros, rodillas, caderas, pelvis, codos, dedos de los pies y talones.

bursitis

 

Existen dos tipos de bursitis: la aguda o la crónica. En la primera, la articulación afectada adquiere un color rojizo y tiene una temperatura superior al resto del cuerpo. Es dolorosa y suele ser causa de una infección o gota. En la crónica, hay hinchazón y dolor y disminuye el movimiento habitual, provocando una atrofia muscular y debilidad motora.

¿Qué síntomas presenta?

Los síntomas característicos de la bursitis son dolor e incapacidad para llevar a cabo ciertos ejercicios o movimientos usuales en la vida diaria. Puede aparecer de repente o de manera progresiva, algo que el paciente nota por el movimiento y el tacto, pues la piel que rodea a la bursa está más sensible de lo habitual. Los síntomas dependerán de la zona afectada, pero los más comunes son: dolor articular y sensibilidad al presionar la zona próxima a la articulación, rigidez y dolor al mover la articulación perjudicada y enrojecimiento, hinchazón y fiebre de la zona.

Causas de la bursitis o por qué se produce

Pese a que a menudo se desconoce el origen de esta enfermedad, la causa principal de la bursitis puede ser el uso excesivo de una articulación. La repetición diaria del mismo movimiento o llevar a cabo un sobreesfuerzo en las articulaciones puede generar esta patología. Además puede también surgir por un traumatismo, infecciones, heridas o como consecuencia de otras enfermedades, como gota o artritis reumatoide.

Aunque no siempre se conoce el origen de este trastorno, las causas más frecuentes se relacionan con el uso excesivo de una articulación, ya sea por razones cotidianas, profesionales o deportivas (músicos, jardineros, enmoquetadores, soladores, carpinteros…). Esto es así porque los movimientos reiterados o la realización de un sobreesfuerzo en una articulación puede suponer un roce inadecuado entre la bursa y los huesos, provocando la inflamación.

Esta patología puede ser también consecuencia de un traumatismo en la zona afectada, una infección u otras enfermedades como la artritis reumatoide o la gota.

Según precisan los especialistas, puede distinguirse entre bursitis agudas (aparecen de forma repentina y brusca) y crónicas (que son agudas sucesivas en una misma articulación).

Factores de riesgo 

Son más frecuentes en algunas profesiones o prácticas deportivas ligadas a la repetición de una articulación o a la presión continuada sobre la misma. Por ello, trabajos como el de carpintero o el de peluquero tienen un mayor riesgo. Igualmente, se trata de una lesión típica de los runners de los golfistas, de los tenistas, de los deportes de contacto y de cualquier ejercicio que no mantenga la postura articular correcta.

Además de estar ligada a ciertas profesiones o pasatiempos, se hace más frecuente con la edad, el sobrepeso (de cadera, de rodilla…) y otras afecciones.

¿En qué consiste el tratamiento?

En la mayoría de los casos la bursitis desaparece sin aplicar un tratamiento específico. Aun así, el especialista se centrará en reducir el dolor y la inflamación al paciente recetando antiinflamatorios o corticosteroides. En caso de ser una bursitis aguda sin infección, la persona debe evitar sobreesfuerzos, limitar ciertos movimientos y aplicar frío en la zona dañada para disminuir la hinchazón. Si se presenta una bursitis crónica el tratamiento es similar, aunque debido a que el reposo no surge efecto, se debe recurrir a métodos más agresivos y directos como la fisioterapia intensiva o las inyecciones de corticosteroides. En caso de presentar infección, se debe extraer el líquido acumulado y seguir un tratamiento con corticoides.

Si bien la bursitis suele desaparecer sin tratamiento, no hay que tomársela a la ligera, pues de sufrir una bursitis aguda se puede derivar a que sea crónica. En todo caso ante la aparición de la bursitis lo mejor es evitar forzar la zona afectada con esfuerzos extra, la aplicación de frío o calor en la zona, y en cuestión de medicamentos siempre bajo prescripción médica se recomiendan los cortico-esteroides. Para el tratamiento de la bursitis crónica sin duda hay que recurrir a fisioterapia, y en ocasiones a inyecciones de cortico-esteroides e incluso a extraer el líquido que se acumula en la bursa si se halla infectada. En cuanto a las maniobras que la fisioterapia puede hacer para tratar la bursitis tenemos:

  • La aplicación de compresas frías que ayudan a reducir la inflamación y bajar el dolor, como paso previo a la manipulación,
  • El criomasaje puede estar indicado, en Rehabtiva el uso de la crioterapia sería una de las posibilidades a estudiar,
  • Al controlar el dolor podemos empezar con ejercicios de movilización de la articulación afectada,
  • Se pueden aplicar ultrasonidos, microcorrientes, tens e incluso láser.

Ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos a tratar tu dolencia o rehabilitación.

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Pinzamiento lumbar

Hoy desde la Clínica de Fisioterapia Carmen Alonso te contamos qué es el Pinzamiento Lumbar y cómo te podemos ayudar.

Pinzamiento Lumbar

El pinzamiento lumbar se produce cuando estamos ante el bloqueo de una de las vértebras de la zona lumbar. Este bloqueo suele producirse en un contexto de degeneración articular, como por ejemplo, en presencia de una artrosis avanzada o la enfermedad de artritis reumatoide, aunque no siempre es así. Este bloqueo nos impide realizar una correcta movilidad funcional, lo que nos da una sensación de rigidez, dolor y bloqueo.

Cuando este bloqueo además afecta a las vías nerviosas más próximas, podemos tener un dolor secundario asociado al pinzamiento. En este caso este tendría características de dolor neuropático, es decir, un dolor punzante con sensación de quemazón y que puede irradiarse.

Causas

pinzamiento lumbar

Como consecuencia de cambios degenerativos artrósicos estas articulaciones pierden su movilidad y su funcionalidad normal, Estos cambios producen pérdidas de la mecánica funcional normal de la articulación.

Dentro de este contexto de degeneración articular, espontáneamente debido a un movimiento excesivo o un a una hipersolicitación puntual de la articulación que ya está previamente dañada, encontramos el denominado pinzamiento o más concretamente localizado en la región lumbar el denominado “pinzamiento lumbar” que es un bloqueo puntual y espontáneo que se caracteriza por síntomas de dolor intenso, y bloqueo articular.

Un pinzamiento lumbar puede darse  por múltiples causas:

  • Por el levantamiento de un peso excesivo
  • Por movimientos lesivos de repetición
  • Por el mantenimiento de posturas inadecuadas de manera
  • Obesidad o sobrepeso

Síntomas:

  • Sensación de bloqueo y rigidez que nos impide descansar o caminar
  • Dolor, que a veces puede tener un inicio súbito, lugar específico y de intensidad leve, pero que después puede volverse intenso e incapacitante
  • Dolor irradiado, cuando presiona las vías nerviosas, que resulta agudo con sensación de quemazón y que se dirige hacia el miembro inferior
  • Sensación de hormigueo
  • Cambios en la sensibilidad de la zona (disestesias)
  • Espasmos o contracciones involuntarias

¿Por qué un pinzamiento causa dolor lumbar?

pinzamiento lumbar

Los nervios se extienden por todo el cuerpo para enviar mensajes a los músculos, la piel y otras estructuras y tejidos corporales.

Si un nervio está pinzado y bloqueado, pierde la capacidad de transmitir las cargas eléctricas y la fibra nerviosa puede degenerarse. Además, el nervio enviará una señal al cerebro de que se está produciendo un problema.

Si esto avanza, el músculo tendrá problemas de movilidad y se darán los síntomas anteriormente mencionados.

Tratamiento:

El tratamiento más adecuado siempre y cuando el dolor del paciente lo permita es realizar un desbloqueo con Técnicas Osteopáticas, posteriormente se debe descontracturar la musculatura multífida profunda que está generalmente afectada como consecuencia del bloqueo articular. Para descontracturar esta musculatura afecta podemos emplear técnicas como el Masaje Descontracturante y la Punción Seca. Si el dolor está irradiado al glúteo o pierna debido a una compresión nerviosa se seguirá con Técnicas Neurodinámicas para proceder a movilizar las estructuras nerviosas o neurales y así realizar una neuromodulación (para reducir la intensidad del dolor). En algunas ocasiones se producen inflamaciones de los ligamentos que van de vertebra a vertebra (ligamento amarillo), con lo cual las técnicas de corrientes T.E.N.S antiinflamatorias están indicadas especialmente si se transmiten a través de una aguja para así poder ser más precisos y profundos.

 

 

Trocanteritis

Hoy vamos a hablar de una patología bastante frecuente y que tiene como protagonista a la articulación de la cadera: se trata de la trocanteritis.

La trocanteritis es la inflamación de la zona en la que se insertan los músculos en el fémur. Aunque es una causa muy común de dolor de cadera, muchas veces el diagnóstico pasa inadvertido, ya que se confunde con otras patologías derivadas de la pelvis.

Es más habitual que esta dolencia se de en mujeres que en hombres, y normalmente afecta solo a uno de los dos lados de la cadera, aunque en algunas ocasiones se puede desarrollar de forma bilateral.  Para poder entender mejor las causas que provocan el origen de la patología, vamos a explicar brevemente la anatomía de la cadera:

La articulación de la cadera se forma gracias a la unión entre las superficies articulares del fémur y la pelvis, de tal forma que la cabeza femoral se coloca sobre el acetábulo pélvico y, a su vez, el fémur cuenta con un resalte óseo llamado trocánter en el cual se insertan la mayoría de los músculos de la zona.

Alrededor de la articulación hay varias bolsas o bursas rellenas de líquido sinovial que actúan como almohadillas, y evitan el roce entre las inserciones de los tendones y las prominencias óseas. Si se produce una inflamación de la bursa que se encuentra alrededor del trocánter mayor, habrá un aumento de la presión en la zona de la cadera y aparecerá el dolor y la sintomatología de la trocanteritis.

Trocanteritis

¿Cuáles pueden ser las causas de la trocanteritis?

  • La mayoría de las veces, la aparición de la sintomatología tiene como consecuencia un excesivo rozamiento de la zona provocado por un movimiento repetitivo, como por ejemplo:
    • Realización de deportes como correr, montar en bicicleta, halterofilia…
    • Exceso de deporte de impacto sin el desarrollo de una buena potenciación muscular
    • Malos hábitos posturales, como estar todo el rato acostados sobre el mismo lado.
  • Impacto directo sobre la cadera por un golpe en la región lateral de la articulación.
  • Debilidad de los músculos separadores de la cadera.
  • Tendencia al pie plano: una pronación excesiva del pie.
  • Alteración de la marcha debido a artrosis en la rodilla, la diferencia de longitud entre las piernas…
  • Cirugía de cadera o implante protésico.
  • Espolones óseos en la cadera.
  • Problemas en la columna vertebral que causen descompensaciones, como por ejemplo escoliosis.

¿Te has preguntado por qué hay más casos de trocanteritis en mujeres que en hombres?

La respuesta es que se debe a la morfología de la pelvis femenina: debido a su forma hay una mayor distancia entre los dos fémures, por lo que se produce mucho más roce en la zona.

Anatomía de la cadera
Pelvis famenina y masculina

SINTOMATOLOGÍA:

Los síntomas más comunes son:

  • Dolor en la articulación de la cadera. Podemos notar las molestias de forma localizada o incluso fuera del muslo.
  • Rigidez articular con sensación de chasquido.
  • Inflamación de la articulación de la cadera.
  • Dificultad para deambular.
  • Dolor agudo al principio y con irradiación posterior.

TRATAMIENTO:

  1. Lo primero que debemos que hacer es interrumpir la actividad que nos provoca el dolor.
  2. A su vez, la aplicación de hielo sobre la zona suele aliviar bastante la sintomatología.
  3. Si el dolor fuese muy intenso y fuese necesaria la administración de medicación, debemos acudir  a un médico para que nos proporcione las pautas adecuadas, nunca automedicarnos.

FISIOTERAPIA PARA TROCANTERITIS:

Con la fisioterapia conseguiremos: por un lado, reducir la inflamación y el dolor en el paciente con técnicas de relajación de la musculatura, estiramientos, movilizaciones articulares… y por otro, potenciar la musculatura de la cadera y de la pierna que se encuentra debilitada mediante ejercicios.

El tratamiento común de la trocanteritis y el síndrome de dolor del trocánter mayor debe ir encaminado, bajo nuestro punto de vista, basado en las últimas evidencias a nuestro alcance, en el adecuado manejo de la afectación del tendón del glúteo menor y medio y la corrección de la movilidad pélvica, basando la parte principal del tratamiento en la adecuada solicitación de cargas a la musculatura afectada y el correcto manejo de la facilitación de la movilidad pélvica que en muchos casos se ve afectada.

Un ejemplo de abordaje de la trocanteritis sería combinar la terapia manual con el fin de facilitar la movilidad pélvica adecuada con ejercicios con la carga adecuada para mejorar el estado del tendón del glúteo y un enfoque importante en corregir el patrón de la marcha que facilita la perpetuación del problema.

Esperamos que hayas aprendido un poquito más acerca de esta patología, y que en caso de sufrirla, sigas nuestros consejos y  acudas a nuestra Clínica de Fisioterapia Carmen Alonso, para conseguir resolver tu problema de la forma más eficiente posible.

Para recibir asesoramiento personalizado puedes contactar con nosotros a través de nuestro teléfono 646 526 320

Cómo tratar los vértigos o mareos con fisioterapia

Hoy desde la Clínica de Fisioterapia Carmen Alonso, te contamos cómo tratar los vértigos o mareos con fisioterapia.

Cuando una persona experimenta mareos y vértigos con los cambios de postura o al mover la cabeza, es probable que esté padeciendo de vértigo postural benigno. De entre todos los tipos de vértigo que existen, este en concreto es el más habitual. El vértigo es una disfunción del sistema vestibular interno del oído y puede tratarse de forma muy efectiva con fisioterapia, requiriendo habitualmente de muy pocas sesiones.

Cómo tratar los vértigos o mareos con fisioterapia

 

como tratar los vertigos

La rehabilitación vestibular engloba un conjunto de técnicas y programas de ejercicios diseñados para mejorar los síntomas de inestabilidad, visión borrosa y desequilibrios provocados por un episodio de vértigo. Mediante el tratamiento de fisioterapia proporcionaremos a nuestros pacientes herramientas necesarias para disminuir estos síntomas y como consecuencia reducir el riesgo de caídas derivados de la patología.

Vértigo

El vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) es el tipo más común de vértigo, causado por el pequeño cristal de calcio que se afloja en el oído interno, estos cristales viajan hacia los canales semicirculares, alteran el líquido y crean la sensación de movimiento. Hay 2 tipos de canalitiasis y cupulolitiasis de VPPB. La canalitiasis es en la que los cristales flotan libremente en el canal y la cupulolitiasis, es una condición en la que los cristales se adhieren a la cúpula.

Hay muchas otras causas de mareos como migrañas vestibulares, vértigo cervicogénico, neuritis vestibular, enfermedad de Meniere, conmoción cerebral, etc. El paciente se queja de mareos mientras gira en la cama, se acuesta de lado, se levanta y mira hacia arriba. Los síntomas duran unos segundos, mientras que una sensación de náuseas o aumento de la presión en la cabeza puede durar horas.

vertigos o mareos fisioterapia

Tratamiento de fisioterapia

Los objetivos básicos del tratamiento irán orientados a disminuir el desequilibrio, la oscilopsia y mejorar la posibilidad de una visión clara durante el movimiento. Para conseguir unos buenos resultados tras la intervención es importante comenzar lo antes posible con la rehabilitación vestibular.

En pacientes agudos se comenzará realizando periodos cortos de ejercicios. Por el contrario, en crónicos nuestra actuación estará centrada en fomentar el aumento en el rango de los movimientos.

Los ejercicios irán orientados a conseguir una compensación vestibular que haga disminuir los síntomas. Se realizarán de manera progresiva y se irá de menos a más complejidad de ejecución

Maniobras de reposicionamiento canalicular como la de Epley son algunas de las maniobras que realizará el profesional para aliviar los síntomas de vértigo.

Ejercicios para restablecer el VOR:

El paciente realizará giros de cabeza mirando a un punto fijo que estará situado a 1 metro de distancia. La velocidad de giro será constante.
Se comenzará a realizarlos en sedestación. A medida que el paciente lo vaya tolerando se incrementará la velocidad de los movimientos de la cabeza. El paciente deberá descansar entre cada ejercicio hasta que desaparezcan los síntomas de mareo.

Se realizarán durante 4 semanas y mínimo durante dos meses.

Si se produce habituación durante la realización de los ejercicios comenzaremos a aumentar la complejidad de los mismos. Por ejemplo, realizar el mismo seguimiento visual anterior, pero estando de pie.

Una vez que mejora la situación del paciente y la sensación de mareo es menor, comenzaremos a realiza ejercicios de habituación. Estos ejercicios son más complejos y se realizarán sobre superficies inestables (FOAM), mantenimiento del equilibrio con ojos cerrados, ejercicios de doble tarea combinados con la marcha, o marcha hacia atrás.

Finalmente, el paciente realizará ejercicios de sustitución, que son ejercicios que el paciente podrá realizar de manera autónoma en su domicilio a modo de mantenimiento. Consúltanos en nuestra Clínica y te podremos ayudar de manera personalizada.

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